Sumisismo
Hace tiempo que quería inaugurar esa sección, que fué de las primeras que pensé al hacerme el web log, aunque una mezcla de pereza y verguenza me hicieron dejarla apartada, ahora me gustaría compartir un trozo de unos relatos que me han llegado por mail, el completo lo podeis encontrar por internet bajo el nombre de El Sado Indoloro. Pocas veces he estado deacuerdo con la visión que muchos Amos tienen de las sumisas, y prefiero una mujer dominante antes que a un hombre, a ellas las he visto siempre mucho mas sensuales, ellos sexuales, aunque, por supuesto, hay de todo, y más en estos mundos... Pues eso, aquí quedan este cachito de história, espero algún día poder contar las mias :)
Prólogo.
(...) Las sumisas suelen ser perezosas en principio, hasta que llegan los primeros azotes. Son tan perezosas que tratarlas con cariño no las hace vulnerables o más accesibles sino retorcidas. Cuanto más tiernas se ponen, piensa y reacciona, más mano dura o caerás en la trampa. Recuerda, juega siempre a la contra, de lo contrario se duermen, se dormirán seguro. Cuando te sientas piadoso, tierno, que suenen las alarmas, te tienen en sus redes, pronto te ahogarán; les resultarás pegajoso, enfermizo, horrible y desearán no haberte conocido y hablarán mal de ti a otras sumisas. Descolócalas o te descolocarán. Es fácil decirlo y muy difícil hacerlo, pero si ni siquiera te propones descolocarlas, jamás lo harás. Ninguna sumisa puede dominarte, sin embargo todas lo intentarán. Su vida es un eterno reto. Un Amo es un reto colosal. Magnífico el interés que en ellas despierta. Dejarse dominar es consustancial con el comportamiento masculino. Pero ahí están esos seres casi sobrenaturales:
Los Amos, los Dueños, los Maestros.
Les seducen porque no son normales y sienten un tremenda curiosidad. La curiosidad las enreda como a las moscas las telas de araña, pero si descubren un ser normal, mundano, no sobrenatural, entonces todo se acabó. Si lo eres, sobrenatural, no hay problema, déjate ver, se transparente. Si no lo eres, no lo dudes, descolócalas. Los seres sobrenaturales no existen, no vayas a creerte uno de ellos; descolócalas.
Cuidado, suelo divulgar enseñanzas hábilmente enredadas para confundir a mis adversarios, otros amos y señores. Cuando una sumisa puede ser de mi interés y está en posesión de otro dueño, no dudo en utilizar esta táctica. Pero esta ingenua y efectiva treta nunca la empleo con los amigos. Por suerte, no tengo amigos.
Alegato:
Quien se atreva a maltratar a un ser tan perfecto como es la mujer, que incluso llega a extremos de entrega tal que se convierte en sumisa, no solo es algo innombrable, sino que haciéndolo de forma no consensuada debe ser apartado de la sociedad inmediatamente (...)
Prólogo.
(...) Las sumisas suelen ser perezosas en principio, hasta que llegan los primeros azotes. Son tan perezosas que tratarlas con cariño no las hace vulnerables o más accesibles sino retorcidas. Cuanto más tiernas se ponen, piensa y reacciona, más mano dura o caerás en la trampa. Recuerda, juega siempre a la contra, de lo contrario se duermen, se dormirán seguro. Cuando te sientas piadoso, tierno, que suenen las alarmas, te tienen en sus redes, pronto te ahogarán; les resultarás pegajoso, enfermizo, horrible y desearán no haberte conocido y hablarán mal de ti a otras sumisas. Descolócalas o te descolocarán. Es fácil decirlo y muy difícil hacerlo, pero si ni siquiera te propones descolocarlas, jamás lo harás. Ninguna sumisa puede dominarte, sin embargo todas lo intentarán. Su vida es un eterno reto. Un Amo es un reto colosal. Magnífico el interés que en ellas despierta. Dejarse dominar es consustancial con el comportamiento masculino. Pero ahí están esos seres casi sobrenaturales:
Los Amos, los Dueños, los Maestros.
Les seducen porque no son normales y sienten un tremenda curiosidad. La curiosidad las enreda como a las moscas las telas de araña, pero si descubren un ser normal, mundano, no sobrenatural, entonces todo se acabó. Si lo eres, sobrenatural, no hay problema, déjate ver, se transparente. Si no lo eres, no lo dudes, descolócalas. Los seres sobrenaturales no existen, no vayas a creerte uno de ellos; descolócalas.
Cuidado, suelo divulgar enseñanzas hábilmente enredadas para confundir a mis adversarios, otros amos y señores. Cuando una sumisa puede ser de mi interés y está en posesión de otro dueño, no dudo en utilizar esta táctica. Pero esta ingenua y efectiva treta nunca la empleo con los amigos. Por suerte, no tengo amigos.
Alegato:
Quien se atreva a maltratar a un ser tan perfecto como es la mujer, que incluso llega a extremos de entrega tal que se convierte en sumisa, no solo es algo innombrable, sino que haciéndolo de forma no consensuada debe ser apartado de la sociedad inmediatamente (...)
22 comentarios
Suminicista -
Sin nombre -
Por cierto, a las mujeres hay que darles caña, eso sí, nunca ponerles la mano encima. joasv2@hotmail.com
mrguasch -
ReJeCt -
Quiara -
no como otros q andan por aqi y no hay manera de que se dignen a escribirme algo y en cambio aqi si escriben!! snfi snfi...
b612 -
Sergio -
Craven -
y no te olvido y espero ansioso esa charlas a las tantas de la mañana para ir luego muerto de sueño al trabajo :*
Polux -
Ame -
Quiara -
Ame -
Quiara -
& -
Lore -
odyseo -
Kaperucita Negra -
Enhorabuena Ame :)
Besitos indoloros jejeje
Ame -
Lore -
lua -
Ineiah -
Ena -